Estemos claros: la hazaña de JWT Costa Rica de este año en Cannes es muy cercana a irrepetible. Asímismo, el papel que cumplimos en el Caribe de Febrero pasado, con 7 agencias ganando estatuillas, aunque más posible que cuatro leones con una pieza, es igualmente difícil. El camino de Costa Rica para superar lo alcanzado en el 2008, al mes de Agosto y con meses por delante todavía, se muestra desafiante y apto solamente para publicistas de mucho carácter sin problemas de definición en su norte creativo.
Si con una pieza como la de Nelka Rent a Car, una agencia costarricense logró un oro y cuatro platas en Cannes, ¿a qué podemos aspirar el próximo año? Ciertamente no es tan simple como hablar de cinco leones ni es un asunto de superar récords establecidos. Por esto, después de semanas de pensamiento y algo de perspectiva, hoy creo que es un asunto de consolidar la tendencia hacia una Costa Rica creativa, para mostrarle al mundo que no fue un cometa, sino el reflejo de un compromiso nacional. Nada será mejor que un Cannes que establezca la nueva altura de la vara en la creatividad costarricense, que cierre habladurías para quienes no se han medido en ellas y abra espacios para el talento costarricense en el mundo entero.
Aparte de todos los premios en el camino a Cannes, sería sencillamente espectacular que Costa Rica tuviera en el 2009 cuando menos dos leones de cualquier color, de por lo menos dos agencias diferentes. Ciertamente, ideal sería que al menos uno de ellos fuera oro y que así consolidara nuestra posición en el mundo. Es decir, me fascinaría que superáramos al doble las agencias ganadoras y que así pudiéramos confirmar el enfoque de un mercado que se ha definido a luchar por el espacio que nos corresponde.
Una Costa Rica creativa es la obligada devolución a quienes nos heredaron un pais con ventajas de todo tipo, incluídas la educación, paz, salud, civilismo, trabajo tesonero, música, arte y tanto más. El capital social de Costa Rica debe evolucionar para retornar un producto creativo ganador, como una de las consecuencias de un país sin ejército y con más escuelas que tugurios.
