Si don Oscar y su gobierno consiguieron un estadio con los chinos, ahora podría tocarle a doña Laura y el suyo conseguir uno regalado por Qatar. ¿Cómo te suena?
La verdad, prefiero un millón de veces lograr una economía rica y productiva, con capacidad para pagar sus carreteras, puentes, salud, educación y todo lo necesario para distribuir riqueza y no pobreza. Sin embargo, me quedé impactado con la noticia de los próximos organizadores de Copas del Mundo, pues nadie esperaba que fueran a ganar Rusia y Qatar.
Sin embargo, cuando a los qatarís les han consultado qué van a hacer con los estadios que construirán, y que luego no usarán con su millón de habitantes, para mi sorpresa la respuesta ha sido simple. Después del Mundial “compacto” del 2022 desarmarán los estadios que no ocupen y los donarán a naciones en desarrollo. ¡¿Ah!? ¿Cómo te queda el ojo?
