Primero que nada, te recuerdo la regla #6 de Zanders: no te tomés demasiado en serio. Luego, la pregunta siempre salta en un simple “¿y cuáles son las primeras 5 reglas?”. La respuesta entonces es de esperarse: ni existen ni importa.
En segunda instancia, te quiero confirmar que el hombre perfecto no existe. Entre otras razones, porque nos crecen pelos en la nariz y en las orejas, porque somos básicos, primitivos y monos. No lo digo yo, sino este comercial.
Lo que sí existe es el hombre más interesante del mundo. Su encanto es tan contagioso que se creó una vacuna, cada vez que va a nadar lo acompañan delfines, y su leyenda le precede como el relámpago al trueno. Así es, pareciera que existe el hombre más interesante del mundo.
La mayoría de nuestros lectores ni son publicistas ni les interesaría serlo. Sin embargo, cuando se trata de buena publicidad, todos coincidimos en lo mucho que nos puede entretener y seducir un mensaje inteligente, positivamente divertido o que devela alguna verdad oculta.
Con el hombre en el blanco de tremendos basureos, acepto que estas cuatro muestras de hoy podrían lastimarnos el ego en lo más profundo. Especialmente si nos dejamos impresionar por el siguiente fortachón que tanto dió que hablar hace unos años. ¿Podríamos llegar a oler como él?
Creo que lo mejor sería que nos vayamos ya por una serie de abdominales. En todo caso, hombres de este mundo, creo que se están burlando de nosotros un poco más de la cuenta. ¿No te parece? Y queridas mujeres, ¿Uds. qué opinan?
Eso sí, la venganza podría ser dulce, especialmente si logramos espacio para el próximo mundial.
Confío en lograr un acuerdo: exijamos mejor publicidad. Tanto en la red como en la tele, en la radio o en la carretera, todas y todos queremos mejores ideas. Después de todo, nadie enciende o se conecta con el fin de aburrirse.
Así las cosas, hoy es un buen día para aplicar la regla #6.
¡Saludos!
